Ser papá es mucho más que una fecha.

El Día del Padre nos invita a mirar, valorar y agradecer a quienes, con su forma única, acompañan el crecimiento de sus hijos. Pero más allá de un solo día, la paternidad se construye todos los días, con presencia, escucha, juegos compartidos, palabras que sostienen, silencios que acompañan y abrazos que dicen “acá estoy”.

En nuestra comunidad educativa, reconocemos y celebramos todos los modos de ser padre: los que enseñan con el ejemplo, los que educan con humor, los que reparan con paciencia, los que aprenden a la par de sus hijos.

Estar presente, ese gran acto de amor.
No hacen falta grandes discursos ni gestos perfectos. Muchas veces, estar presente es:
Escuchar con atención aunque el día haya sido largo.
Jugar 10 minutos, aunque no sepas las reglas.

Decir “te quiero” o “estoy orgulloso de vos” sin que sea una ocasión especial.
Acompañar una frustración sin resolverla, solo estando ahí.

Ser papá es un desafío que también transforma, enseña y fortalece.